Os
proponemos una nueva senda para conocer el entorno y los paisajes que rodean el
Albergue de Berzosa y descubrir la Sierra Norte de Madrid desde otro punto de vista.
En esta ocasión es un agradable paseo por la dehesa de robles del pueblo, apto
para todos los públicos, que tiene una duración aproximada de una hora y un
recorrido total de algo más de tres kilómetros.
La senda comienza en la Fuente de la Morera, situada en la Plaza del Campillo donde podremos llenar nuestras cantimploras. Iniciamos nuestra marcha subiendo por la calle Reguera, dejando a nuestra izquierda el lavadero.
Este equipamiento fue rehabilitado hace pocos años ya que anteriormente estaba completamente cerrado y se accedía por una pequeña puerta. Las mujeres de Berzosa lo utilizaban para lavar la ropa y como lugar de encuentro e intercambio del saber popular. En la actualidad se sigue utilizando, entre otros por los grupos que vienen al albergue de campamento y que se acercan hasta aquí a hacer la colada. Tiene un depósito que acumula el agua que posteriormente se utiliza para regar los huertos a través de la reguera (que da nombre a esta calle).
Lavadero público de Berzosa. |
Un
poco más arriba dejamos el albergue a nuestra izquierda y continuamos por la
calle Reguera hasta que hace una gran curva donde comienza la calle de Los Hundíos
por la que continuamos entre viviendas de nueva construcción. Esta parte del recorrido es
común con la senda de El Picazo que os descubrimos en el post
anterior.
En esta ocasión, en lugar de desviarnos hacia el Mirador y la Zona de vuelo, continuamos recto superando una pequeña pendiente que dirige nuestros pasos hacia la entrada de la Dehesa dejando atrás los últimos chalets.
Nos detendremos en este paraje para hacer un alto en el camino y contemplar las maravillosas vistas que nos ofrece: a nuestra espalda el Picozo (así le llamamos a El Picazo en Berzosa) y Peña Portillo, y al frente la Sierra de la Cabrera con el Pico de la Miel, el Mondalindo, Peñalara y el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el puerto de Navafría, los embalses de El Villar y El Atazar, y algunas localidades serranas como Lozoyuela, Mangirón, Cinco Villas, Buitrago del Lozoya, Villavieja del Lozoya, etc.
En esta ocasión, en lugar de desviarnos hacia el Mirador y la Zona de vuelo, continuamos recto superando una pequeña pendiente que dirige nuestros pasos hacia la entrada de la Dehesa dejando atrás los últimos chalets.
Nos detendremos en este paraje para hacer un alto en el camino y contemplar las maravillosas vistas que nos ofrece: a nuestra espalda el Picozo (así le llamamos a El Picazo en Berzosa) y Peña Portillo, y al frente la Sierra de la Cabrera con el Pico de la Miel, el Mondalindo, Peñalara y el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, el puerto de Navafría, los embalses de El Villar y El Atazar, y algunas localidades serranas como Lozoyuela, Mangirón, Cinco Villas, Buitrago del Lozoya, Villavieja del Lozoya, etc.
La Sierra de La Cabrera, con el Pico de la Miel (izq.) y el Mondalindo (centro) |
Retomamos el camino y continuamos la marcha hasta la entrada de
la Dehesa limitada por un paso canadiense a través del cual accedemos y que
evita que los animales puedan salir. La Dehesa es comunal y es utilizada para
el pasto del ganado y para la obtención de leña, de ahí su aspecto actual.
A lo largo de todo el recorrido hemos caminado entre herbáceas, jaras y
diferentes tipos de matorrales y una vez en la Dehesa ya podemos ver robles y
encinas. Un poco más adelante llegamos a un pilón, el punto más alto del
recorrido, que nos ofrece agua fresca procedente de un manantial que se rumorea
que contiene el elixir de la eterna juventud (no hay más que ver a quienes
beben de estas aguas para entenderlo).
El pilón y de frente el camino de bajada. |
Reanudamos la senda tomando una trocha que se inicia a la izquierda del
Pilón que atraviesa la Dehesa en sentido descendente y se dirige hasta un
zarzo, por donde salimos de la misma teniendo cuidado de dejarlo bien cerrado.
Observamos como en esta zona del recorrido disminuye la densidad de robles y
como predominan los prados para el pasto de las vacas salpicados por encinas.
Una vez abandonada la Dehesa continuamos por el camino de la izquierda que la
bordea en paralelo al vallado de piedra. Llega un momento en que el camino se
ensancha y nos encontramos con un grupo de fresnos a nuestra derecha y con un
cobertizo y otro pilón a nuestra izquierda. El cobertizo sirve para guardar la
paja que se recoge al final del verano y que servirá para alimentar al ganado
en el invierno, cuando la hierba escasea.
Continuamos nuestro camino por una pista amplia y cómoda y, si miramos a
nuestra izquierda, veremos el primer tramo del recorrido a media ladera donde
se aprecian los chalets que dejamos
antes de adentrarrnos en la Dehesa.
Peñaportillo y a media ladera camino de acceso a la dehesa. |
En
el siguiente cruce continuamos recto (el camino que sale a nuestra izquierda
nos conduciría de nuevo a otra puerta de acceso a la dehesa). Si en este punto
miramos hacia la derecha veremos la carretera que une Berzosa con Serrada y junto a ella una manga
ganadera y una zona recreativa conocida como el Parque del Olivo y el helipuerto.
La manga ganadera se utiliza para separar a las vacas para tratamientos veterinarios, cuando están amamantando a los terneros o para subirlas en los
camiones que las llevan al matadero.
Continuamos caminando en dirección al pueblo, que ya se aprecia enfrente
nuestro, dejando a nuestra derecha un grupo de álamos temblones y cruzando el
Arroyo de los Barrancones. Si seguimos
el curso del agua llegamos a la Fuente de la Hontana y si, por el contrario,
continuamos recto nos encontramos de nuevo con la Fuente de la Morera, el lugar
del que partimos.
Atardecer desde la dehesa de Berzosa |
(Documento elaborado tomando como base el texto del folleto turístico del Ayuntamiento de Berzosa)
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